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La prevención del tromboembolismo venoso debe ser un tema prioritario de seguridad del paciente hospitalizado.

Con motivo del Día Mundial de la Trombosis, que se celebra el 13 de octubre, el Dr. José A. Páramo, Co-Director Servicio de Hematología de la Clínica Universidad de Navarra y  Director de la Unidad de Hemostasia y Trombosis., explica qué es el tromboembolismo venoso (TEV), los factores de riesgo, sus síntomas y signos, y qué hacer para prevenirla.

LA TROMBOSIS EN DATOS

– 1/4 muertes en el mundo se produce como consecuencia de una trombosis.

– 1/4 de todos los TEV está relacionado con la hospitalización.

-A pesar de las medidas preventivas la incidencia de tromboembolismo venoso (TEV), estimada en 1-2 casos /1000 habitantes/año, no ha cambiado significativamente en los últimos años.

– La trombosis  afecta a hombres y mujeres de todas las edades, razas y etnias y el riesgo se incrementa con la edad.

– El TEV es la principal causa de mortalidad prevenible en los hospitales.

El riesgo trombótico puede persistir tras el alta hospitalaria.

– La profilaxis antitrombótica es segura y eficaz para prevenir el TEV.

¿Qué es el tromboembolismo venoso (TEV)?

El TEV hace referencia a la formación de coágulos de sangre en las venas. Cuando se forma un coágulo en la vena profunda, generalmente en las extremidades inferiores, se denomina trombosis venosa profunda (TVP). Si el coágulo de sangre se desprende y viaja hasta los pulmones se denomina  embolia pulmonar (EP). En su conjunto, la TVP y la EP se conocen como TEV,  un problema médico potencialmente mortal, que afecta a 1-2/1000 persona al año. Cada minuto  una persona es diagnosticada de trombosis en el mundo y una persona fallece como consecuencia de una trombosis cada 6 minutos.

El TEV es una causa importante de muerte y discapacidad en todo el mundo; representa la tercera causa de mortalidad cardiovascular, tras el infarto agudo de miocardio y el ictus, con una mortalidad anual de 500.000 personas, tanto en Europa como en EEUU. El TEV es responsable de más muertes cada año que la combinación de cáncer de mama, VIH y accidentes de tráfico.

Sin embargo, no existe suficiente conocimiento entre la población general sobre esta enfermedad. En encuestas realizadas la concienciación sobre el problema del TEV es mucho menor que la que se tiene sobre otras enfermedades, como el infarto de miocardio, el ictus, la hipertensión, el cáncer de mama, el cáncer de próstata y el SIDA. Además, menos de la mitad de los adultos conoce que la trombosis puede prevenirse. Para concienciar  a la población de la magnitud de este problema, la OMS ha establecido el 13 de octubre como día internacional de la trombosis, que este año se centra en la problemática del paciente hospitalizado.

Factores de riesgo de TEV

El TEV afecta a personas de todas las edades, razas y etnias, y ocurre tanto en hombres como en mujeres. Determinados factores y situaciones pueden aumentar el riesgo de desarrollar coágulos de sangre potencialmente mortales.

Riesgo alto

  • Estar hospitalizado durante un período prolongado de tiempo.
  • Cirugía mayor (especialmente cirugía ortopédica, abdominal y relacionada con el cáncer).
  • Inmovilización prolongada (hospitalización, viajes prolongados, etc).
  • Presentar alteraciones genéticas que favorecen la coagulación de la sangre (estados trombofílicos).

Riesgo moderado

  • Edad (más de 60 años).
  • Antecedentes personales o familiares de coágulos de sangre.
  • Cáncer/quimioterapia.
  • Usar medicamentos a base de estrógenos (p. ej., anticonceptivos orales o terapia de reemplazo hormonal).

Síntomas y signos del TEV

El TEV puede ocurrir sin signos o síntomas de advertencia y puede pasar desapercibido.

En el caso de TVP los signos clínicos característicos son:

  • Dolor, que a menudo comienza en la pantorrilla, y se exacerba con la presión a nivel muscular.
  • Inflamación del pie, el tobillo o la pierna.
  • Enrojecimiento y calor de la extremidad.

En el caso de la EP los signos característicos son:

  • Dificultad respiratoria con disnea.
  • Respiración rápida.
  • Dolor en el tórax,  que empeora al hacer respiraciones profundas.
  • Expectoración sanguinolenta (hemoptisis).
  • Aumento de la frecuencia cardíaca  (taquicardia).

Una situación especial que conlleva un riesgo aumentado de tromboembolismo venoso es la gestación. Durante el embarazo se producen una serie de cambios fisiológicos como consecuencia del aumento del nivel de estrógenos que inducen una situación transitoria de hipercoagulabilidad de la sangre, lo que provoca un aumento del riesgo relativo de ETEV, que se estima en unas 4 a 6 veces comparado con el de una mujer de la misma edad no gestante y que es mayor en el periodo alrededor del parto y durante las primeras 3 semanas del puerperio.

¿Qué puedo hacer para prevenir la trombosis?

El TEV constituye una causa importante de muerte que puede prevenirse en los hospitales, si se instauran las medidas preventivas adecuadas.

Es importante conocer los signos y síntomas y contactar inmediatamente con su médico, evitar la inmovilización, beber abundantes líquidos, realizar ejercicio físico regular y evitar el sobrepeso.

Numerosos estudios han demostrado que el empleo de profilaxis antitrombótica con fármacos anticoagulantes, fundamentalmente heparinas de bajo peso molecular por vía subcutánea consigue una reducción del 50-60% de eventos trombóticos, sobre todo en pacientes hospitalizados a causa de un procedimiento de cirugía mayor y, sin embargo, no siempre reciben prevención durante la hospitalización y tras el alta. Más recientemente, la incorporación de nuevos anticoagulantes orales  de acción directa (ACODs, dabigatran rivaroxaban, apixaban, edoxaban) han venido a reemplazar a la heparina en diversas indicaciones de tromboprofilaxis por su facilidad de administración por vía oral y no necesidad de control de laboratorio. Las medidas farmacológicas deberán ir acompañadas de otras físicas, como la movilización precoz y el empleo de medias elásticas.

La estrategia de tromboprofilaxis debe ser individualizada teniendo en cuenta las características del paciente y su riesgo hemorrágico. No obstante, el empleo “universal” de tromboprofilaxis en pacientes hospitalizados por procesos médicos aún no se ha generalizado, porque estos pacientes tienden a ser ancianos, sufren numerosas comorbilidades y reciben diversas medicaciones que pueden interaccionar con la heparina o los ACODs y provocar complicaciones hemorrágicas

Carga económica del TEV

Además de la morbilidad y mortalidad, el TEV supone una carga económica significativa para el sistema sanitario. Se calcula que el tromboembolismo venoso representa 1,5-2,2 billones de euros  a la UE en costes directos y y 13 billones en aspectos relacionados con cronicidad, pérdida de productividad, etc.

Las múltiples pruebas de diagnóstico y los tratamientos, las hospitalizaciones prolongadas y los cuidados de seguimiento (incluido el TEV recurrente) pueden ser muy costosas. Pero si se centran los esfuerzos en la prevención de TEV, los sistemas de salud pueden ahorrar dinero, mejorar los resultados y, fundamentalmente, salvar vidas. Algunos países ya han implementado políticas y protocolos de TEV que estandarizan (o incluso incentivan) la implementación de una prevención adecuada de TEV.  Es misión de los hospitales, sistemas de salud, legisladores y organizaciones encargadas de la calidad hospitalaria de todo el mundo hacer que el protocolo de prevención de TEV sea un tema prioritario de seguridad del paciente hospitalizado.

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