ANA HIDALGO, FORENSE: “LA AUTOPSIA PSICOLÓGICA ES CLARIFICADORA Y REPARADORA PARA LOS SUPERVIVIENTES DE UN SUICIDIO”.
La investigación sobre “la autopsia psicológica como herramienta de prevención del suicidio en Navarra” de la Dra. Ana Hidalgo logró el IV Premio Federico Soto.
En la siguiente entrevista profundizamos en la investigación ganadora con la Dra. Ana Hidalgo, forense en el Instituto Navarro de Medicina Legal y Ciencias Forenses y miembro de la Comisión Interinstitucional para la Prevención y Atención de las Conductas Suicidas de Navarra.
¿Cuál es el procedimiento forense que se sigue en la actualidad para documentar casos de suicidio?
-Hasta ahora lo que se ha hecho es recabar los datos suficientes para determinar que se trata de un suicidio, descartando un homicidio o accidente. Se hace un análisis básico de los factores de riesgo (basado en presencia/ausencia de enfermedad mental y presencia/ausencia de intentos autolíticos previos), se recoge el método utilizado, y si hay notas de suicidio. El objetivo es puramente forense. Con este proyecto planteo una recogida más amplia de datos personales y contextuales que ayuden a entender la conducta suicida, utilizando para ello la autopsia psicológica.
Metodológicamente, ¿cómo implementar la autopsia psicológica?
-Existen diversos protocolos de investigación, la mayoría de origen americano. El más utilizado es un instrumento estructurado en múltiples preguntas, similares a la entrevista psiquiátrica, que realizan expertos, sobre varias personas informantes (distintos familiares y allegados), dirigido a recoger la máxima información posible acerca del funcionamiento de la persona que se ha suicidado. Además, debe contar con información adicional (historia clínica, escritos, grabaciones, notas suicidas, acceso a su teléfono para ver sus mensajes o participación en redes sociales, procesos judiciales, etc). Las entrevistas se hacen con aquellas personas que más información puedan aportar respecto al fallecido: pueden ser familiares o amigos (de mucho interés cuando se trata de víctimas jóvenes).
¿Con qué soporte cuentan “los supervivientes” para verbalizar el trauma?
-Las entrevistas se harán conjuntamente por el médico forense y el personal de Besarkada-Abrazo, asociación que en Navarra ofrece atención psicosocial especializada a los “supervivientes”. En la misma entrevista en que se recogen los datos, el médico forense explica aquellos elementos propios de su disciplina que puedan preocupar o despertar dudas a los supervivientes, lo que resulta terapéutico, y las profesionales de Besarkada-Abrazo inician su actividad reparadora.
¿Qué principales beneficios puede reportar la investigación premiada?
-Establecer un sistema de registro exhaustivo de suicidios consumados, incluyendo variables epidemiológicas, clínicas y psicosociales, va a resultar muy útil para avanzar en el conocimiento de la complejidad que rodea al suicidio en sus diferentes formas. Y hacerlo desde un trabajo intersectorial y multidisciplinar, creando sinergias, va a aportar muchas ventajas. Además, este proyecto aúna la dimensión profesional y científica con la dimensión humanizadora. Las entrevistas de autopsias psicológicas permiten ir más allá de los números y casuísticas al incluir la dimensión humana, mostrándose como clarificadoras y reparadoras para “los supervivientes”. A la larga, permitirá crear un servicio de intervención que se ofrecería a todas las personas supervivientes a un suicidio.
¿Existen otras experiencias similares en Navarra?
-Se ha realizado “un análisis retrospectivo de los suicidios consumados de 2022”, que tuvo con investigadoras principales a Elvira Sanz, de la Asociación Besarkada-Abrazo, y a Adriana Goñi, del Servicio Navarro de Salud-Osasunbidea, y como equipo investigador a los distintos miembros de la Comisión Interinstitucional para la Prevención y Atención de las Conductas Suicidas de Navarra, entre los que me incluyo. Se analizaron 11 suicidios que cumplían los criterios de inclusión, un año después del suceso. Los resultados fueron muy interesantes. Se concluyó que la recogida de datos sería más eficaz si la entrevista se hubiera realizado poco tiempo después del fallecimiento.
ENTREVISTA COMPLETA en revista Panacea 147






