LAS ORGANIZACIONES MÉDICAS EUROPEAS INSTAN A UNA ACCIÓN INMEDIATA Y COORDINADA PARA ABORDAR LA CRISIS DEL PERSONAL SANITARIO.
Las principales organizaciones médicas europeas, incluida la Organización Médica Colegial de España, han unido fuerzas para adoptar un posicionamiento conjunto que aboga por medidas destinadas a hacer frente a la crisis del personal sanitario. Estas medidas incluyen una gestión adecuada de las plantillas y la carga de trabajo, mejores condiciones laborales para fomentar el bienestar, y una mayor inversión en educación y formación.
El personal sanitario se enfrenta a un momento crítico. Datos recientes de la OCDE han identificado un déficit de 1,2 millones de médicos y otros profesionales sanitarios en Europa en 2022. Además, se prevé que más de un tercio de los médicos de los países de la Unión Europea alcanzará la edad de jubilación en 2030.
Sin embargo, la actual crisis del personal sanitario no debe considerarse únicamente como una consecuencia del aumento de las jubilaciones de los profesionales de la salud que supera los esfuerzos de contratación. Se trata de un problema complejo influenciado por múltiples desafíos, como el aumento de la demanda de servicios sanitarios debido a los cambios demográficos, el impacto duradero de la pandemia de COVID-19 y las crecientes expectativas de los pacientes en cuanto a la prestación de servicios de salud.
La escasez de personal impone una enorme carga a los médicos, lo que se traduce en jornadas laborales excesivas, agotamiento y una atención al paciente de menor calidad. Estas condiciones laborales precarias afectan gravemente a la salud física y mental de los médicos.
Las ocho organizaciones (CPME, AEMH, UEMS, UEMO, FEMS, EJD, CEOM y EMSA) recomiendan de manera conjunta la implementación de estrategias sólidas de retención, que deben ir de la mano con los esfuerzos de contratación. Es fundamental abordar la falta de personal y las malas condiciones laborales para prevenir la migración y la pérdida de profesionales. Por último, es imprescindible mantener altos estándares de calidad en la educación médica, acompañados de una inversión en programas de formación de grado y posgrado, para garantizar la formación de médicos cualificados y competentes.
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