MINISTERIO DE SANIDAD, PROFESIÓN MÉDICA E INSTITUCIONES CIENTÍFICAS SE UNEN AL SERVICIO DE LA CIENCIA Y FRENTE A LAS PSEUDOTERAPIAS.
Por primera vez, la Organización Médica Colegial (OMC), el Ministerio de Sanidad, el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT) han unido fuerzas a través de una jornada y una declaración conjunta en la que resaltan el valor de la buena ciencia y su aplicación a la medicina clínica y rechazan el uso de pseudoterapias por su riesgo para la salud de los pacientes.
A través de una Declaración institucional por una buena ciencia y su mejor aplicación a la medicina clínica, las organizaciones firmantes reprueban la utilización de técnicas o terapias sobre las que, o bien no existe evidencia probada, o sobre las que la evidencia existente concluye que no son útiles e incluso que pueden ser perjudiciales para la salud.
En la presentación del documento participaron el director general de Salud Pública y equidad en salud del Ministerio de Sanidad, Dr. Pedro Gullón; el presidente de la OMC, Tomás Cobo; la vicepresidenta 2ª y coordinadora del Observatorio contra la Pseudociencias de la OMC (OPPISS), Dra. Rosa Arroyo; la directora del Instituto de Salud Carlos III, Marina Pollán; directora general de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT), Izaskun Lacunza, y la investigadora en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Izaskun Lacunza.
El presidente de la OMC, Dr. Tomás Cobo, resaltó la necesidad de “continuar aunando esfuerzos entre las profesiones y las distintas organizaciones para alejar a aquellos que juegan con la desesperanza de las personas”.
En esta línea, la Dra. Arroyo calificó la declaración institucional conjunta como un “hito respecto a la ciencia y contra las pseudociencias. Es una declaración institucional hacia el compromiso con la buena ciencia. Reprobamos la pseudociencia o pseudoterapias, prácticas sobre las que no existe evidencia científica y que prometen falsos resultados”.
Por su parte, el representante del Ministerio de Sanidad, Dr. Pedro Gullón expresó su agradecimiento a la OMC y al OPPISS por sumar a representantes de las instituciones competentes en la lucha contra las pseudociencias y la mala ciencia, y destacó algunos apartados que se abordan en la Declaración: “Necesitamos que el ensayo clínico esté dentro del marco ético, que cuente con una revisión de conflictos de interés y que tengan una gran calidad. En definitiva, una cantidad de valores necesarios que están expuestos en esta Declaración”.
En cuanto al papel del CSIC en este ámbito, Campos-Sánchez resaltó el papel de los investigadores en relación con la divulgación. No obstante, la investigadora lamentó que esto no basta para acabar con estas prácticas: “No es suficiente con la divulgación. Seguimos hablando de pseudoterapias y sigue habiendo víctimas. Es necesario que los investigadores salgamos de los laboratorios y expliquemos lo que hacemos y cómo lo hacemos”.
La Dra. Pollán subrayó que la misión principal del ISCIII se basa en mejorar la salud a través de la ciencia: “Esto refleja el compromiso que tenemos por la ciencia, la única herramienta que tenemos para avanzar”. Asimismo, la directora del ISCIII explicó que todavía queda mucho por saber y que el método científico asume un conocimiento parcial. “No lo sabemos todo y por eso basamos nuestros estudios y diseños en aquello que nos haga pensar que lo que no conocemos tiene la menor influencia posible en los resultados que encontramos”.
La directora general de FECYT, Izaskun Lacunza, puso en valor la labor de esta fundación que “se centra en conseguir que el conocimiento científico contribuya a la calidad democrática. De poco vale tener una evidencia científica impoluta si luego no conseguimos conectar con la ciudadanía”.
Una declaración histórica
La declaración (adjunta) pone de relieve que las prioridades en las políticas de investigación se basen en las necesidades de salud y bienestar y fomenten aquellos desarrollos e innovaciones que añadan valor sanitario y social; que las comunidades científica y clínica mantengan actualizadas sus competencias en metodologías de investigación, fomentando las iniciativas de colaboración ya existentes; y promover una mejor comprensión e interpretación crítica de la literatura científica en el ámbito profesional sanitario.
El documento también refleja la necesidad de aplicar los principios de la Ciencia Abierta para mejorar los procesos de revisión y publicación de los resultados de las investigaciones y poner a disposición de la ciudadanía de forma libre y gratuita el conocimiento científico, garantizando la validez de su metodología, el acceso a datos y la reproductibilidad; introducir cambios en la evaluación del desempeño de los grupos de investigación que prioricen la calidad y pertinencia de los trabajos, y no la cantidad de artículos publicados; y fomentar la transparencia, prevenir y evitar los conflictos de interés que afectan a la aplicación de la ciencia a la práctica clínica.
Finalmente, la declaración recoge la necesidad de “impulsar canales y contenidos apropiados que permitan difundir una información veraz y comprensible de los avances científicos, sin generar falsas expectativas a pacientes y ciudadanos y saliendo al paso de comunicaciones públicas prematuras, inmaduras o engañosas de resultados de las investigaciones”.
Seminario “Mala ciencia y medicina alejada de la evidencia”
Esta declaración se presentó en el marco del seminario organizado por la OMC y su Fundación para la Formación “Mala ciencia y medicina alejada de la evidencia”. El seminario se distribuyó en dos mesas de debate: ‘La colaboración para fomentar la buena ciencia y la buena Medicina’ y ‘De la ciencia a la clínica: retos en la generación, difusión y divulgación científica’.
En la primera mesa de debate, moderada por la Rosa Arroyo, participaron Elena Campos-Sánchez, presidenta la Asociación para Proteger al Enfermo de Terapias Pseudocientíficas (APETP) e investigadora del CSIC; Marina Pollán, directora del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII); Izaskun Lacunza, directora general de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT).
De la ciencia a la clínica: retos en la generación, difusión y divulgación científica
José Ramón Repullo, coordinador del seminario e investigador del Instituto de Salud Carlos III, fue el encargado de introducir y moderar la segunda mesa de la jornada, que contó con la participación de Ferrán Catalá, científico del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC); Cristina Candal, enfermera e investigadora en Epidemiología y Salud Pública, y Álvaro García Torres, coordinador del Departamento de Comunicación de la OMC.