España, cuarto país de Europa con más casos de depresión.
Hoy, primer jueves de octubre, se celebra el Día Europeo de la Depresión. Una de las enfermedades mentales más frecuentes y se calcula que afecta a más de 300 millones de personas en todo el mundo. Datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sitúan a España en el cuarto país de Europa con más casos de depresión, llegando a afectar a más de 2 millones de personas.
En Europa, según la OMS, Alemania es el país con más casos de depresión con más de 4 millones de personas afectadas, seguida de Italia, con más de 3 millones y Francia, con cerca de tres millones. En el cuarto lugar, está España con más de dos millones.
En todos los países europeos, la depresión afecta más a las mujeres, un 5,1% frente al 3,6% de los hombres y la prevalencia es aún mayor en mujeres menores de 29 años o mayores de 55 y en situaciones como la pobreza, el desempleo o algunos hábitos como consumir droga, tabaco o alcohol pueden facilitar su aparición.
En España la depresión es más del doble en mujeres (9,2%) que en hombres (4%), según datos de la Encuesta Nacional de Salud, de 2017, que explican que la prevalencia de depresión es el doble entre quienes se encuentran en situación de desempleo (7,9%) y los que están trabajando (3,1%).
En población infantil mundial la OMS calcula que un 2% de los niños de 6 a 12 años sufre depresión, y en el caso de los preadolescentes de 12 a 14 años oscila entre el 4 y el 6%.
En el caso concreto de España, la prevalencia de trastornos mentales como la depresión y la ansiedad es del 0,6%, según la Encuesta Nacional de salud.
Aunque hay tratamientos eficaces para la depresión, más de la mitad de los afectados en todo el mundo (y más del 90% en muchos países) no recibe esos tratamientos, según la OMS.
Entre los obstáculos a una atención eficaz se encuentran la falta de recursos y de personal sanitario capacitados, además de la estigmatización de los trastornos mentales y la evaluación clínica inexacta. Otra barrera para la atención eficaz es la evaluación errónea. En países de todo tipo de ingresos, las personas con depresión a menudo no son correctamente diagnosticadas, mientras que otras que en realidad no la padecen son a menudo diagnosticadas erróneamente y tratadas con antidepresivos.
En España, según la Escuela Nacional de Salud, el 10,7% de la población consume tranquilizantes, relajantes o pastillas para dormir (13,9% en mujeres y 7,4% de los hombres), y el 4,8% antidepresivos o estimulantes (6,7% de las mujeres y 2,7% de los hombres). Un 5,4% de la población refiere haber acudido al psicólogo, psicoterapeuta o psiquiatra en los últimos 12 meses, 6,1% de las mujeres y 4,6% de los hombres.
Además, la depresión es la principal causa mundial de discapacidad y contribuye de forma muy importante a la carga mundial general de morbilidad. Además, en el peor de los casos, puede conllevar al suicido. Según la OMS cada año se suicidan cerca de 800 000 personas, y el suicidio es la segunda causa de muerte en el grupo etario de 15 a 29 años.
Día Europeo de la Depresión
El primer jueves de octubre se conmemora el Día Europeo de la Depresión (DED), con el objetivo de realizar un llamamiento sobre la necesidad de una mayor sensibilización, y de promover los recursos necesarios para poder hacer frente a la importante carga asistencial que supone esta enfermedad.
Se trata de una de las enfermedades psíquicas más comunes en la actualidad.
La concienciación social sobre el incremento de la carga asociada a la depresión se hace cada vez más patente, por lo que resulta fundamental disponer de una adecuada información sobre esta enfermedad.
Dexpresionismo: Un nuevo movimiento para visibilizar la depresión a través del arte
La estigmatización de las enfermedades mentales, incluida la depresión, sigue siendo un obstáculo para que las personas de todo el mundo pidan ayuda.
La depresión se puede prevenir y tratar. Una mejor comprensión de qué es y de cómo puede prevenirse y tratarse contribuirá a reducir la estigmatización asociada a la enfermedad.
Con esta misión, Cruz Roja pondrán en marcha la campaña Dexpresionistas, una iniciativa basada en el arte para dar visibilidad social a la depresión y a las personas que la padecen.
El Dexpresionismo será un movimiento con el que se quiere dar voz a pacientes a través de la creación artística. La iniciativa surge de la estrecha relación que hay entre arte y depresión. Muchas personas dedicadas al mundo del arte plástico, la escritura, etc, han vivido la depresión, y el arte les ha servido como terapia y válvula de escape para expresar sus sentimientos y emociones frente a la enfermedad.
El artista Ricardo Cavolo se une como figura destacada a este movimiento apoyando esta iniciativa y participando en la redacción y bases del manifiesto Dexpresionista, un documento fundacional en el que se recoge su filosofía y sus características formales.
La campaña tendrá su columna vertebral en una serie de exposiciones cuya base serán las diferentes obras artísticas que realizarán personas que han tenido o tienen depresión. Se realizarán una serie de talleres conjuntos entre pacientes, profesionales médicos y artistas para canalizar su creatividad y dar lugar a esas obras en cualquier forma de expresión artística (pintura, escultura, video, literatura…). Las obras resultantes de los talleres se expondrán en varias ciudades españolas. Las exposiciones van a tener una amplia cobertura, contando para ello con una web de referencia, actividad en redes sociales y otras acciones de difusión con el objetivo final de eliminar el estigma y la incomprensión de una enfermedad en expansión que, según las previsiones, en 2030 será la primera causa de discapacidad.
La depresión es un trastorno frecuente
La depresión es un trastorno frecuente, que además se manifiesta y desarrolla en pocas semanas. Apatía, malestar, tristeza y ganas de no levantarse son algunos de sus síntomas; otras personas padecen síntomas psicosomáticos, como dolores indeterminados, malestar general o falta de energía. La Organización Mundial de la Salud explica que la depresión se caracteriza “por la presencia de tristeza, la pérdida de interés o placer, sentimientos de culpa o falta de autoestima, trastornos del sueño o del apetito, sensación de cansancio y falta de concentración”.
Añade que “puede llegar a hacerse crónica o recurrente y dificultar sensiblemente el desempeño en el trabajo o la escuela y la capacidad para afrontar la vida diaria. En su forma más grave, puede conducir al suicidio”. A pesar de resultar muy incapacitante, en la mayoría de los casos se vive en silencio, si no en el entorno inmediato, sí en el ámbito profesional y en todo el entorno social.
(Información publicada en Médicos y Pacientes)